Les quiero contar un secreto: Espinete... no existe. Es un erizo que 
interpreta el papel de Espinete. Además el pobre está encasillado.  
Y
 es que de pequeños vivíamos engañados. Y nuestros padres eran los 
principales responsables. No dudaban en recurrir a cualquier mentira con
 tal de conseguir sus objetivos.  
Por ejemplo, a la hora de la 
comida. Si tu no querías comer, te intentaban hacer creer que la cuchara
 con el puré de verduras era...un avión. ¡Vaya símil más acertado! De 
hecho creían que lo único que le faltaba para ser verosímil era el 
sonido del motor. Y ahí les veías BRRRRRRRRRRRRRR.  
Claro. Es 
que pensaban: “Si el niño no quiere comerse un poco de puré... Seguro 
que se come un avión”. Además te hacían responsable de la buena 
alimentación de toda tu familia: ”Esta por papá. Esta por la tía. Esta 
por el butanero...” Osea, tenías que comer tú por todos.  
A 
veces sus mentiras conseguían lo contrario a lo que se proponían. Por 
ejemplo, para conseguir que nos durmiésemos se inventaron las nanas. Que
 igual la música era apropiada, pero fallaban en la letra. Como esa que 
decía: “Duérmete niño. Duérmete ya. Que viene el Coco y te comerá...” Y 
tu:”¿Cómo? ¿Qué va a avenir quién? O sea que después de esta información
 ¿Tu quieres que yo me duerma?” Claro te pasabas toda la noche así 
(GESTO DE OJOS COMO PLATOS) Y es que decías: “Joé. Ya que va a venir el 
Coco... ¡Por lo menos que me pille despierto!”  
Cuando nos 
llevaban al médico también recurrían al engaño. Y te decían cosas como: 
“Tonto, si no te va a doler...” Además te decía “Tonto, que ya verás 
como al final el doctor te regala una piruleta” “¿Una piruleta? ¡Haberlo
 dicho antes! ¡Rápido! ¿A qué espera? ¡Hágame una vivisección sin 
anestesia!  
Cuando terminaba la consulta, el medico te decía: “ 
Toma CHAVALOTE. Esto para ti”. Y lo que te daba era el palito con el que
 te había examinado. Y encima tu madre: “¿Qué se dice?” “¡Roñoso! ¿Qué 
has hecho con el resto del helado?”. ¿Qué esperaban que dijésemos? “Jo, 
gracias. Lo que voy a fardar en el cole con este palito” ”Tío. Que 
enrollado tu médico. Un palito. Te lo cambio por mi videoconsola.” ”¿Nos
 dejas jugar a nosotras con tu palito?” Esto último me lo siguen 
diciendo...  
Otra técnica que empleaban los mayores para 
engañarnos era la de asociar algo que no nos gustaba nada con algo que 
nos gustase mucho. Con esta idea se inventaron los juegos educativos. Y 
es que ¡Vaya manía con que aprendiésemos jugando! Que si el balón de 
playa mapamundi. Que si los lápices con la tabla de multiplicar. Que si 
el puzzle de España por comunidades...  
Nuestros padres tomaban 
nota de esa idea de asociar algo bueno con algo malo y te sorprendían 
diciendo cosas como: “Vamos a jugar a recoger tu cuarto” , “¿Vamos a 
jugar a recoger tu cuarto...?” Es como si tu le dices a tu pareja: 
“¡Vamos a follar planchándome los pantalones”  
Y como 
conclusión, la frase con la que los padres ponían fin a todas nuestras 
preguntas. “Papá ¿Por qué las chicas son tan raras?” “Cuando seas mayor 
lo entenderás”... Pues también en eso nos mintieron.
martes, 27 de noviembre de 2012
Con que cosas nos engañan de pequeños
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