martes, 27 de enero de 2015
Mundo animado, 12 Chistes de Xaudaró
Cuando se vive en perpetua sensación de novedad; cuando ingenuamente imaginamos se puede dar lo diferente, una y otra vez, cada día, somos, acabamos de entrar, en el paralelo mundo del lenguaje. Y es la ceguera hacia el pasado, la cualidad en lo emergente. El pasado, pues, ya no existe. Sustituyéndose por el culto, la mixtificación del inmediato ayer que arrastra segmentos de recuerdos a modo de marea. Por la hipérbole, para bañarse en el genérico lenguaje. Pasados y tiempos hubo en los que la sutileza hablaba en presente. En el presente de aquellos cruciales tiempos en los que vivió Joaquín Xaudaró, Emergía entonces, aún titubeante, la actualidad presente. Allí en sus inicios, Xaudaró vio sus metamorfosis. Y con blanco humor, ya gestándose el absurdo que detonaría en los años veinte, hizo ver que toda representación no es lo que parece, sino lenguaje. Especuló Xaudaró del desconcierto ante las cosas, ante el alud de nuevos comportamientos que el tiempo iría preconizando. En esa tierra, en el claroscuro entre el pasado y el porvenir (esta vez sin sensación, vivo animal), vivió a comienzos del siglo XX y sus alrededores. La relevancia de Xaudaró en la historieta y el humor gráfico autóctonos es fundamental, al idéntico que olvidada. Pues sí, el tiempo y las modas entregan retazos aún con el olor de un ayer que repetimos. Sólo que, ahora, ya gastado, agotado, como en tumor eterno que ya no tiene cura.
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