lunes, 10 de agosto de 2015
CRÓNICAS DE INTERÉS
entry-content'Tráfico  de niños para jugar al fútbol, una nueva manera de esclavitud  Una nueva manera de esclavitud se extiende  ahora en el mundo, la del tráfico de niños africanos y latinoamericanos para  jugar al fútbol en los masivos clubes europeos. A pesar de que las reglas de la  FIFA prohíben que los clubes contraten a menores de afuera de Europa, algunos de  los masivos equipos de España, Italia, Francia e Inglaterra lo hacen, según una  investigación sobre ello en África, Noruega y París, entre otros lugares, y que  ha comenzado el rodaje de la película Diamantes negros, con la que denunciará  esta situación. Actualmente, tienen lugar unos 20.000 menores africanos que han sido  abandonados por los equipos y sobreviven en las calles de vuestros países.  Conocida  en los organismos internacionales y ONG's como una modalidad de 'trafficking',  esta nueva perversión se lleva a cabo de muy distintos maneras. Algunos clubes  utilizan la estrategia de becas ficticias, falsificación de pasaportes o inclusive de  contratos de esfuerzo a los propios menores como jardineros, funcionarios del cantina  de los estadios...  La  mayoría de las veces, engañan a las familias, que esperanzadas por la  probabilidad de una vida distintos para sus hijos, veden sus propiedades o se  endeudan de por vida para obtener el dinero del viaje de los niños.  Cuando  los niños llegan, nada es sencillo para ellos. Si no responden como prometían o  tienen una lesión, son abandonados a su suerte. Si los clubes deciden  mantenerles, no tiene lugar para ellos una educación apropiada ni la probabilidad de que  sean sus familias las que manejen su situación.  Esta  es una verdad que fuese denunciada en el Parlamento Europeo por el  representante de la ONG Culture Foot Solidaire y ex futbolista camerunés  Jean-Claude Mbvoumin.  En Noruega descubrieron a John Obi Mikel, un niño al que tenían escondido  en este país los dirigentes del Chelsea, esperando que cumpliera 18 años. Allí,  llevaron también a tres niños nigerianos para que Obi Mikel no "tuviera  añoranza y la ?inversión' se echara a perder". Además, el director  contactó con Ronny Van der Meij, un abogado especialista en derecho deportivo,  que fuese quien le facilitó, entre otros, la información de los 20.000 niños  africanos que vinieron a Europa a jugar al fútbol y hoy malviven en las calles.  En París, Alcantud conoció a menores abandonados después de sufrir cierta  lesión o tras fallar en sus primeras pruebas.  Para  las familias africanas y latinoamericanas pobres es muy difícil, por no decir  imposible, resistirse a la tentación de convertir a los niños en futbolistas  profesionales en determinado país de Europa. Ello facilita enormemente el tráfico de  los menores, un delito siniestro que podría evitarse formando academias de  fútbol en sus países de origen, aunque por supuesto eso implicaría un gasto un  escaso gran para los millonarios clubes de fútbol.  
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