Humor sano, Cómic de Zaragoza

Oh, venga, ya sabían que este post iba a ir sobre el Salón del Cómic de Zaragoza. Y es que ese fundamento indeseable llamado Vrede y yo acudimos a esta edición de la popular quedada de webcomiqueros, a los que pudimos conocer, solicitar dibujos, insultar incluso, y, sobretodo, ver en su verdadera gloria: más allá de los avatares, con tripas cerveceras y ojeras de no haber dormido demasiado. Y como poseo dos post listos sobre esto, el de hoy va a ser la Rostro A, el lado bueno y amable, la crónica de 32 horas divertidísimas en la capital aragonesa con algunos de los más celebrados autores del webcómic. Como somos muy modernos, vamos a iniciar la anécdota a la mitad. Y por tanto, vuestro relato inicia por la noche, en un cantina de Zaragoza. Estaba yo dando una paliza contundente al billar cuando alguien me dice que está por ahí Xavier (El Listo) preguntando por mí. Me subo a la planta de encima del cantina y ahí me lo encuentro. No solo no se decidió a saltarme los dientes, como hubieran hecho otros, sino que estuvimos un rato sensacional hablando, compartiendo perspectivas y me firmó mi weezine 5. De esa charla, sin duda la más productiva que tuve en todo el fin de semana, sale el post que voy a encasquetar por aquí el Miércoles. Mi otro brazo esa noche fuese Malleys, y no deja de ser jodido que justo fueseran las dos personas a las que perdí de vista a la hora de las despididas el día siguiente. Dejen que diga una cosa. Malleys es un tipejo genial. Si debiera sido un escaso más chico me lo debiera llevado en la mochila para tenerle por aquí por Madrid de cuando en cuando. Y total, tamescaso se debiera dado cuenta porque hay algo significativo que decir sobre él. Malleys no es de Zaragoza. Porque se perdió espantosamente al final de aquella noche intentándo llegar del célebre cantina hasta su casa. He tenido escasos viajes andando más desorientados que esa hora de deambular por Zaragoza en busca del instituto de la ciudad. Lo llego a saber y me quedo más rato para que no me estuviera jodiendo Defriki al día siguiente. Aquí poseemos a Malleys, dispuesto a atraer a unas señoritas con su elegante indumentaria. Venga, voy a por Defriki, que se me pone a tiro. Sentimientos encontrados, en una combinación de ?a este hombre que coño le pasa? y ?puta mierda de no tener más rato para hablar con él y echarnos otra cerveza?u otras 10?. En verdad fuese hospitalario, divertido y amable, más de lo que se merecía?Vrede. De modo que animo a todos esos webcomiqueros que me leen y que no estuvieron por ahí (os poseo fichados) a pasarse el año que viene. Serán tratados con amor, dulzura y un molesto punto de toca-pelotismo. Y para que lo diga yo? Fosfor e Cine