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conejos

viernes, 14 de febrero de 2014

Animados, Memecracia. Los virales que nos gobiernan

La esencia de los ?memes? y vídeos virales está con nosotros desde hace siglos y, aunque pueda parecer exagerado, en cierto sentido gobierna nuestras vidas. Al menos así lo cree la periodista Delia Rodríguez, que acaba de publicar ?Memecracia?, un libro que explora y explica como confrontar el fenómen El vídeo musical del ?Relaxing cup of café con leche?  que compartimos con vuestros amigos en Facebook,  la retrato de Barack y Michelle Obama  abrazados que retuiteamos a vuestros seguidores, el gif animado de Miley Cyrus que creamos y subimos a vuestro Tumblr después de  ver otros muchos ? Nos divierten o nos emocionan. Eso nos gusta. Lo que quizá no sepamos es que  determinadas de estas ideas gobiernan nuestras vidas. Estas y otras imágenes virales que llevan siglos penetrando en nuestras mentes son las protagonistas del libro escrito por la periodista  Delia Rodríguez. En él, la actual redactora jefe de El Huffington Post, apasionada por la cultura popular de internet, desentraña el misterio de los ?memes?, ideas que  saltan de persona en persona desde hace siglos.  Así, son ?memes? el ?Ola k ase? o las versiones del ?Gangnam Style?, pero también los beneficios del rezo para la religión católica o teorías como ?hay que realizar deporte para estar sano?, que han pasado de generación en generación. Rodríguez cuenta en ?Memecracia? cómo estas ideas/memes llegan a nuestras mentes, se implantan o son sustituidas por otras. Alcanzan nuestras necesidades básicas (de ahí que triunfen los relacionados con el sexo o la comida, explica en el libro) y otras más complejas, como la pertenencia a un grupo (abrirse una cuenta en Tuenti o Facebook para conocer las novedades de vuestros amigos) o de autorrealización (crear un blog para subir nuestras recetas). ES CIENCIA: NOS ?PONE? COMPARTIR Llevamos en vuestro ADN  el ansia de compartir.  En internet lo hacemos para sentirnos vivos, huir de vuestra monotonía e integrarnos con vuestros conocidos. En ese proceso actúa lo emocional, pero también lo científico. Explica Rodríguez que recibir un ?me gusta? en, por ejemplo, el chiste que compartimos en las redes sociales, incrementa los niveles de oxitocina, la hormona que nos hace más sociables y empáticos. Hasta algunos políticos y medios de comunicación conocen el poder de estas ideas y las emplean a su antojo: para emocionar, para manipular? Vivimos ahora en lo que Rodríguez llama  ?memecracia?, un sistema capitaneado por ideas difundidas a mayor velocidad gracias al desarrollo de internet y las redes sociales  A ellas se suman unos medios de comunicación muy preocupados por transmitir esas ?emociones?, de ahí que muchas veces se coloquen entre los asuntos más vistos de la prensa digital fenómenos nacidos en Twitter o YouTube. OBAMA, EL QUE MEJOR LO HACE ?A AÑOS LUZ? El mejor ejemplo de creadores de ?memes? son  Obama y su equipo,  con hitos mientras las campañas electorales como el vídeo del ?Yes, We Can?, que recibió más de 25 millones de visitas; la retrato del abrazo con Michelle que comentábamos al principio o  el Flickr de la Casa Blanca. Idearon los ?memes?, los probaron y se quedaron con los mejores.  Esas imágenes compartidas masivamente  calaron en todo el planeta. Para Delia, el presidente estadounidense es el político ?que mejor lo hace a años luz?. ?El contagio es emocional?, cuenta Delia a  HojadeRouter.com, ?pero la medición de la difusión es cada vez más científica. Con internet se recibe ?feedback? al instante sobre qué interesa, qué no, a quién, mientras cuánto tiempo? Aunque hay una fracción que es impredecible, la ciencia se está acercando cada vez más a lo que sí se puede saber?. MANUAL PARA HACER FRENTE A LA ?MEMECRACIA? Las ideas de la ?memecracia? son  divertidas, inanes y a veces inclusive peligrosas.  En su libro, Delia propone una serie de técnicas para realizar frente a la ?memecracia?, que resume así para nosotros: ?Pararnos a pensar, reclamar ese lugar entre la emoción y la acción, mantener una alguna ?higiene memética?, siendo respetuosos con lo que contagiamos a los demás. Y preguntarnos: ¿Es bueno que yo comparta esto? ¿A quién beneficia? ¿Hago daño a alguien? ¿Estoy siendo manipulado??. Además, nos encuentra que una mente clara (lectura de novelas, realización de crucigramas?) y un cuerpo cuidado (dieta sana, ejercicio?) nos permitirán alejar los ?memes? negativos. Vamos, que el ?meme? latino ?Mens sana in corpore sano?, irónicamente, también sirve para combatir los propios ?memes?. Y si las doscientas páginas de ?Memecracia? saben a poco, tranquilos, que Delia seguirá descubriéndonos los secretos de este mundillo: ?Muchas de las cosas que he aprendido [a lo largo de estos años] y que en el libro han quedado demasiado resumidas? alimentarán  su web personal LA Efervescencia QUE SE CONVIRTIÓ EN LIBRO Trabajando en programas de internet desde hace más de diez años, como el extinto   o el desarrollo de la web de  S Moda, Delia Rodríguez (Logroño, 1978) se confiesa, como periodista, fascinada por ?los bulos, las leyendas urbanas, rastrear cómo nace y se difunde la información, así que supongo que el interés por los memes es algo natural?. De todos ellos habló en el precisamente muy viral blog ?Trending Topics?, que escribía en la web del diario El País, cuyo último post, en el que  desentrañaba los mecanismos que usaba el vídeo de Kony para manipularnos y emocionarnos, fuese el germen de ?Memecracia?. Rodríguez comenta que siente ?debilidad? por ?memes? como el  ?Amo a Laura?  (?un hito en la publicidad?), los montajes de  la felicitación navideña de la Casa Real de España en 2005  (?una temprana explosión de creatividad?) o el #turismobisbal  (?porque nos lo pasamos muy bien? ), así como le fascina  la explosión de memes y virales ?indignados? después del 15M En definitiva, ?Memecracia? es una buena guía para conocer las características de los ?memes?, recordar los más emblemáticos y aprender a combatirlos con sus particulares armas. A dividir de ahora no veremos con los mismos ojos las fotos de Obama y nos lo pensaremos dos veces antes de darle a ?me gusta? Lo memes  nos envuelven y han seducido a todo tipo de profesionales y sectores, especialmente a políticos, el entorno publicitario o el periodístico por su poder manipulador y su influencia en el comportamiento humano. Analizamos con la autora los fundamentos que debe reunir un meme para sobrevivir, quiénes están detrás de aquellos que triunfan y se contagian entre nosotros, así como el papel que tienen los medios en este contexto repleto de arquetipos que logran captar la vigilancia ciudadana y guiar su comportamiento hasta extremos impensables. ¿A qué alude exactamente el concepto de Memecracia? ? Un meme es cualquier idea que nos contagiamos los humanos entre nosotros. Son memes un refrán, una receta, una leyenda urbana, el Gangnam Style, la expresión  ?hilillos de plastilina? de Rajoy o las bromas sobre el ?relaxing cup? de Ana Botella. Le he querido dar el nombre de Memecracia al sistema de información en el que vivimos, donde estos memes se han multiplicado exponencialmente gracias a la explosión de internet y el fin de los medios como filtro. ¿Qué ingredientes debe tener un meme para que sobreviva? ? Muchas disciplinas, como el marketing, la publicidad o la política están obsesionados en descubrir la fórmula que hace contagiosa una idea, porque para ellos sería como dar con la piedra filosofal. La verdad es que resulta más sencillo que te toque la lotería que realizar un vídeo viral. Sí se sabe que las emociones intensas (por ejemplo la hilaridad, la indignación, la sorpresa, etc.) fomentan a compartir y que cuando estamos viendo un vídeo viral en el cerebro se enciende la fracción de pensar en los otros. Algo impactante y que nos haga decir ?esto tiene que verlo fulano ya? tiene muchas probabilidades de triunfar. Pero hay más agentes que influyen. Por ejemplo, lo tienen más sencillo los memes que usan el storytelling (el contar anécdotas de toda la vida), los que apelan a las necesidades humanas (de las más escenciales a las más elevadas), los que llegan en el momento adecuado, los que cuentan con la difusión de medios y famosos, los que se prueban antes de ser lanzados, los que son atractivos para vuestros sentidos? De todas maneras en los memes hay una fracción, emocional y social, que es impredecible y que probablemente jamás llegue a despejarse. ¿Cómo se ponen en marcha estos memes? ¿Quiénes están detrás de esos virales que se expanden como la pólvora por la red? ? Desde el punto de vista de su nacimiento, los hay espontáneos y provocados. Los primeros triunfan inclusive a pesar de sus protagonistas, por ejemplo, una metedura de pata de un político, como el ?relaxing cup? de Ana Botella o un suceso impredecible como el Cristo de Borja. Los segundos son sembrados para que triunfen, por ejemplo, un documental como Kony. ¿En cuál de los entornos que analizas en el libro se recurre más a esta clase de mensajes? ¿Por qué? ? Vuestra vigilancia es un medio muy poco y muchos compiten por ella. Los políticos saben que tienen que obtener una foto, un titular o un mensaje que se haga viral para sobresalir y ser recordados. Idéntico pasa con la publicidad, con el periodismo, con el mundo del espectáculo, con el activismo, con el arte? todos compiten contra todos para obtener que sus memes triunfen. ¿En qué debemos fijarnos para detectar un meme y eludir que nos manipulen? ? Creo que debemos pararnos a pensar, reclamar un lugar crítico entre la emoción y la acción, mantener una alguna ?higiene memética? siendo respetuosos con lo que contagiamos a los demás. Y preguntarnos de vez en cuando: ¿Es bueno que yo comparta esto? ¿A quién beneficia? ¿Hago daño a alguien? ¿Estoy siendo manipulado? ¿Por qué afirmas que Barack Obama es el personaje que mejor maneja la memecracia? ? Da entrevistas en Reddit (una de las principales fuentes de memes del mundo), impulsa montajes y remezclas de vídeo e imagen a su alrededor, inclusive libera fotos en Creative Commons en Flickr para ello, usa el   como nadie en sus discursos, aprovecha a los célebres como en el vídeo del ?Yes we can?, emplea ganchos llamativos en sus discusións para distraer la vigilancia y vencer al contrario, por ejemplo, los célebres caballos y bayonetas que centraron su discusión con Romney. Es más, calcula cuidadosamente los tuits para que sean redifundidos (su tuit de la reelección fuese el más retuiteado de la historia). Pero, sobre todo, aplica los nuevos descubrimientos de las ciencias sociales y de redes cuando está en campaña. ¿Qué papel tienen los medios ante los memes? ¿Somos capaces los periodistas de detectarlos o nos subimos a la ola? ? Los medios, especialmente los digitales, están a la deriva del meme. Se están dejando llevar por su atractivo porque les da los mayores picos de tráfico, y tráfico es idéntico a dinero. Pasa con la información de entretenimiento, con la política, con la tecnológica, con  la deportiva, con toda. Pero aunque están entregados al meme no acaban de entender sus particulares listas de lo más visto y dan palos de ciego. El mayor desafío del periodismo en los siguientes años debería ser entender su funcionamiento y utilizar lo aprendido para realizar un periodismo mejor y más útil. ¿Hay adictos a los memes? ¿Qué les determina o caracteriza? ? Decir que alguien es adicto a los memes es como decir que es adicto a compartir y recibir ideas de los demás. Todos lo somos, es vuestra naturaleza humana.

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